El periodo de incubación dura entre 10 y 14 meses. Normalmente no es mortal, pero produce invalidez durante meses. Para el contagio las hembras son fecundadas y las encargadas de infectar son las larvas microscópicas que ingieren las personas a través del agua.
Sintomáticamente aparece un relieve subcutáneo que termina en una vesícula. Puede presentar fiebre, eosinofilia, urticaria generalizada, náuseas, vómitos o incluso diarrea.
Normalmente el médico es capaz de diagnosticar esta enfermedad mediante la observación. Se trata con antibióticos.
La enfermedad era endémica a mediados de los años 80 en 20 países, pero en la actualidad sólo 4 siguen notificando casos. La mayoría de ellos en Sudán del Sur.
La OMS asegura que la dracunculosis está a punto de ser erradicada. Ni vacunas ni medicamentos específicos existen, pero gracias a las medidas de prevención se puede conseguir erradicar. Se intenta prevenir la transmisión de cada gusano y se presta atención especial a la contaminación del agua de bebida. Esto ayudó a que en el 2011 se notificaran menos de 1100 casos.
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