sábado, 27 de octubre de 2012

TOS FERINA


La tos ferina es una enfermedad altamente contagiosa que afecta al aparato respiratorio, ocasionando una tos incontrolable y violenta que dificulta a respiración, de formar que se escucha un profundo estertor cuando el paciente tarta de tomar aire. El contagio se realiza directamente entre las personas por el aire (por gotas de Pflügge) al hablar, toser y demás.

La tos ferina es una enfermedad muy grave en los niños pequeños sobretodo; más de la mitad de los bebés menores de 1 año que la contraen necesitan ser hospitalización. Aproximadamente 1 de cada 10 niños con tos ferina sufre neumonía; alrededor de 1 de cada 50 tendrá convulsiones; y cerca 1 persona de cada 250 aproximadamente, sufrirá un trastorno cerebral denominado encefalopatía. En ocasiones, pero en casos muy poco frecuentes, la enfermedad puede llegar a ser mortal.

El causante habitual de esta tos es un bacilo del género Bordetella, la cual tiene una apetencia especial por el aparato respiratorio. Produce inmunidad pero ésta va disminuyendo con el tiempo, por lo que puede aparecer de nuevo la enfermedad. Antes del empleo de la vacuna, la edad de mayor incidencia estaba entre los 2 y 5 años. Hoy en día es más frecuente en niños menores de  1 año y ha aumento considerablemente entre adolescentes y adultos.

Al comienzo de esta infección, los síntomas que se presentan son muy similares a los de un resfriado común (moquera, estornudos, y puede que algo de fiebre). Pero después de 1 o 2 semanas comienzan la tos fuerte y los ataques de tos que a veces terminan con un sonido profundo y prolongado e incluso vómitos.
Hay que tener en cuenta que la tos suele durar semanas e incluso meses; es muy común la falta de aire al respirar; en los bebés es normal la aparición de ataques de tos; y en episodios se dan casos de excesiva sudoración.

La enfermedad se puede contraer debido al contagio, pues una persona que no esté vacunado o no haya padecido la enfermedad es muy probable que contagie a otra persona al compartir espacio con ella. También se puede contraer de forma secundaria a otras infecciones del aparato respiratorio transmitidas por algún animal como el perro. 

Como tratamiento a esta enfermedad se emplean antibióticos, los cuales son útiles sobretodo se si administran de forma precoz en dosis adecuadas; los antitusígenos; a veces es necesario recurrir a la sedación; realizar una alimentación en pequeñas tomas; y como ya se ha señalado anteriormente en los niños muy pequeños se precisa una hospitalización para su control.






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