LA PRUEBA DEL VIH

La prueba del VIH es un sencillo análisis de sangre extraída por medio de una jeringa nueva o debidamente esterilizada. Una vez que se encuentre en el laboratorio, a esta muestra de sangre se le aplica un reactivo para que reaccione con ella al mezclarse.Esto no detecta el virus en sí propiamente dicho, si no que lo que hace es detectar los anticuerpos que el organismo ha producido para combatir el VIH, los cuales están presentes en la sangre.

Los métodos más conocidos son la prueba ELISA, que traducida al español significa “prueba de inmuno absorbencia ligada a enzima”; y la prueba EIA, “ensayo inmuno enzimático” en español.                                                                                                                                                              

También existen las pruebas rápidas de detección del VIH, cuyo resultado se puede obtener en menos de 30 minutos. Un resultado positivo a estas pruebas siempre requiere una confirmación posterior; mientras que un resultado negativo no requiere confirmación. Esta prueba se realiza con una pequeña paleta, que con el simple hecho de pasarla por el interior de la boca el test detecta el estado serológico y ofrece un resultado tan fiable como el de una prueba tradicional.

En España la prueba es gratuita y confidencial y se puede realizar de manera totalmente anónima. Ningún otro análisis detectará el virus, por lo que debe solicitarse de forma expresa. Se puede realizar de forma gratuita en los centros de salud pública. Además en los centros de enfermedades de transmisión sexual, algunas ONG y farmacias no se requiere tarjeta sanitaria.

A pesar de todas estas facilidades, existen estudios que certifican que algunas de las razones más frecuentes para no hacerse la prueba son el miedo a la falta de confidencialidad, el temor ante la posibilidad de encontrarse a algún conocido en el lugar de la prueba, y sobretodo el pánico al resultado positivo y con ello a la posible discriminación posterior.                                                                                    Debido a estos miedos, los expertos y organizaciones apoyan y promocionan la realización de la prueba rápida; y es que tan sólo en España entre 130.000 y 150.000 personas son portadoras de VIH y cerca de unas 40.000 desconocen que lo son.

Esto conlleva un peligro sanitario importantísimo en la sociedad, puesto que estas personas sin diagnosticar son las causantes de la mitad de las nuevas infecciones aparecidas, ya que al no ser conscientes de la infección que poseen siguen realizando prácticas de riesgo con otras personas sin estar recibiendo un tratamiento antirretroviral, lo que reduce la capacidad de contagio por completo.

La realización de la prueba se trata de un acto de responsabilidad con uno mismo y con los demás; por eso los expertos la recomiendan como algo rutinario en el caso de tener una vida sexual activa.