Este virus se transmite a través de secreciones de la nariz, garganta, el líquido de las ampollas o las deposiciones y puede contagiar hasta sepanas después de sufrir los síntomas.
Normalmente los síntomas comienzan por fiebre, pérdida de apetito, malestar general y dolor de garganta. Pueden aparecer ampollas en la boca y salpullidos en las palmas de las manos, los pies o las nalgas.
No existe un tratamiento específico, los medicamentos utilizados sirven para reducir los síntomas.
Esta enfermedad se puede prevenir de cierto modo lavando las manos con frecuencia o evitando el contacto cercano con las personas infectadas.
Tanto los casos individuales como los brotes ocurren en todo el mundo, pero tienen mayor frecuencia en verano y a principios de otoño.
Para su diagnóstico el médico tiene muy en cuenta la edad del paciente. Puede solicitar un hisopado de garganta o un especimen de heces para enviar al laboratorio para determinar cual es el enterovirus que está causando la enfermedad.
En raras ocasiones el virus puede propagarse y ocasionar meningitis o encefalitis. Esta última puede llegar a ser un peligro mortal.
Desde noviembre del 2011 hasta febrero de 2012, los centros de control de enfermedades (CDC) recibieron informes de personas con síntomas de la enfermedad de mano-pie-boca en Alabama, California, Connecticut y Nevada. Algunas personas se enfermaron gravemente y tuvieron que ser hospitalizadas.
El siguiente vídeo nos explica de forma muy clara cuales son los primeros síntomas. Según el pediatra hay que estar muy atentos a la educación de los niños, porque como les duelen las llaga no querrán beber ni comer. Es bueno darles cosas frías para calmar un poco su dolor.